El Apagón en Residencias de Mayores
El Apagón en las Residencias de Ancianos: Vulnerabilidad y Respuesta ante
la Crisis
El reciente apagón eléctrico en varias residencias de
ancianos ha puesto en evidencia las carencias en la preparación de estos
centros para situaciones de emergencia. En algunos casos, la falta de
generadores eléctricos obligó a improvisar soluciones extremas, como
transportar a ancianos con movilidad reducida a lomos por las escaleras.
Además, varios geriátricos denunciaron la falta de respuesta de las
administraciones locales y el fallo de los teléfonos de emergencia, lo que
aumentó la incertidumbre y el riesgo para los residentes más vulnerables.
Aunque muchas residencias contaban con protocolos de
contingencia, como grupos electrógenos y reservas de oxígeno, la interrupción
del suministro revivió el "fantasma de la pandemia", según
testimonios de familiares y trabajadores. La alteración de la normalidad generó
angustia entre los residentes, especialmente aquellos con problemas respiratorios
o dependencia severa. La situación dejó al descubierto la necesidad de mejorar
los sistemas de apoyo y coordinación entre las instituciones y los centros
geriátricos.
Impacto en los Residentes más Vulnerables
El corte de electricidad afectó especialmente a las plantas
donde se alojan los ancianos con mayores necesidades, incluyendo aquellos con
movilidad reducida o condiciones respiratorias. En algunas residencias, como la
Pare Batllori de Barcelona, el personal tuvo que adaptarse rápidamente,
utilizando patios interiores para mantener a los asistentes al centro de día
mientras esperaban que se restableciera la luz. Sin embargo, la falta de
ascensores y puertas automáticas inoperativas complicó el traslado y la
atención básica.
En otros centros, como los que carecían de generadores, el
personal se vio obligado a cargar físicamente a los residentes para llevarlos a
sus habitaciones o áreas comunes. Esta situación no solo representó un riesgo
para la integridad de los ancianos, sino también para los trabajadores, que
actuaron bajo presión y con recursos limitados. La ausencia de sistemas de
respaldo eficientes dejó en evidencia la fragilidad de la infraestructura en
algunos geriátricos.
Fallas en la Comunicación y Respuesta Institucional
Varias residencias denunciaron la falta de apoyo por parte
de las administraciones locales durante la emergencia. Según informes, los
teléfonos de emergencia no funcionaron correctamente, lo que impidió solicitar
ayuda oportuna en caso de complicaciones médicas. Esta falla en la comunicación
aumentó la desconfianza de los centros hacia los protocolos oficiales,
especialmente en situaciones donde cada minuto cuenta.
Además, algunos geriátricos tuvieron que recurrir a centros
de atención primaria para obtener bombas de oxígeno de repuesto, ya que sus
reservas no eran suficientes. La presidenta de la Asociación Catalana de
Recursos Asistenciales (ACRA), Cinta Pascual, criticó la falta de coordinación
y exigió mayor colaboración entre las instituciones y los centros,
independientemente de su titularidad. Estas deficiencias subrayan la necesidad
de un plan de contingencia unificado y eficaz. Por eso es tan importante contar
con los servicios de Residencias y Salud para buscar residencias
de mayores en Madrid que mejor se adapten a sus necesidades.
Improvisación y Solidaridad en Medio de la Crisis
Frente a las adversidades, el personal de las residencias
demostró una notable capacidad de adaptación. En la residencia Pare Batllori,
por ejemplo, las auxiliares decidieron servir la cena en las camas de los
residentes para evitar riesgos de atragantamiento, ya que las camas articuladas
no funcionaban. Otras instalaciones, como la de Santa Coloma de Cervelló,
tuvieron que reorganizar turnos debido a la ausencia de trabajadores que no
pudieron llegar por el apagón.
La solidaridad ciudadana también jugó un papel clave.
Vecinos y familiares se acercaron a los centros para ofrecer ayuda, facilitando
tareas logísticas y apoyando al personal. Esta colaboración fue fundamental
para mantener la calma y garantizar que los residentes no sufrieran mayores
consecuencias. Sin embargo, esta respuesta no puede sustituir la necesidad de
protocolos institucionales robustos y recursos adecuados. También puede
encontrar residencias
de mayores en Barcelona con Residencias y Salud.
Conclusiones y Lecciones Aprendidas
El apagón en las residencias de ancianos ha dejado en claro
que, a pesar de los esfuerzos del personal y la comunidad, persisten graves
deficiencias en la preparación para emergencias. La falta de generadores
eléctricos, sistemas de comunicación efectivos y apoyo institucional expusieron
a los residentes a riesgos innecesarios. Es urgente que las administraciones
locales y autonómicas revisen sus protocolos y garanticen que todos los
centros, especialmente aquellos con pacientes de alta dependencia, cuenten con
los recursos necesarios.
Además, este incidente refuerza la necesidad de una mayor
inversión en infraestructura y formación para situaciones críticas. El
"fantasma de la pandemia" sigue presente. Y solo con planes de
acción, claros y coordinados, se podrá evitar que futuras emergencias se
conviertan en tragedias. La resiliencia demostrada por trabajadores y
voluntarios debe ser complementada con un compromiso firme de las autoridades
para proteger a uno de los sectores más vulnerables de la sociedad.
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